Por mi parte, repito zona. Iremos en dirección Boadilla hasta el Monte de Boadilla y, en función de las fuerzas veremos cuanto alargamos la vuelta. Es el gran inconveniente del sur, para llegar a una zona arbolada y vistosa te cuesta 25 km de transición tirando a feos.
La primera parada la tengo en el parking del parque lineal Butarque, he quedado con Roberto. De inicio me acompaña una fina lluvia que no molesta demasiado, al contrario, con la temperatura que hace, le da un toque que mola.
Mientras Rober monta la bici inmortalizo el parque, ya van cambiando los colores con la primavera. Continuamos por el parque para recoger a David.
Sin más preámbulos llegamos a Boadilla, el recorrido, el mismo que el martes pasado, aunque hoy rodeamos la ciudad financiera del Santander. Damos una vuelta buscando un paso que no nos obligue a pisar la carretera pero finalmente desistimos, menos mal, viendo la cosa en Google Earth, no está nada claro.
Cuando llegamos a Boadilla arrecia la lluvia y nos paramos en unos soportales, es solo un momento, ya no volverá a llover el resto de la mañana. Aprovechamos para hacer turismo y echar unas fotos en la fachada del Palacio del Infante Don Luís de Borbón.
Llevamos 23 km y por fin, encontramos lo que andábamos buscando. El Monte de Boadilla, un pequeño reducto de bosque mediterráneo al lado de Madrid, rodeado de urbanizaciones parece que ha resistido a los ataques urbanísticos. De momento, gracias a la crisis y a la nueva conciencia de conservar lo poco que nos queda, seguro que se salva.
He trazado un recorrido por la mayor parte del monte al sur de la carretera de Pozuelo, como quedan ganas nos pasamos al otro lado. Con la emoción me he olvidado del GPS y nos encontramos cortados por un pequeño arroyo, David se tira y se cala hasta los tobillos, Rober prefiere el equilibrismo mientras preparo la cámara, que esto puede valer dinero.
El retorno resulta un poco complicado, rodeamos la urbanización de Monte Príncipe hasta una pequeña puerta en la valla que nos conduce al Hospital de Madrid. Una vez en la urbanización les planteo tantear un pinar que nos conducirá hasta la Universidad Politécnica, y de ahí hasta casa. Aparecemos en la M-40, sin posibilidad de continuar. Finalmente, volvemos a Montepríncipe y volvemos por la avenida principal.
De nuevo, para cruzar la carretera de los pantanos nos encontramos con el puente en obras. Como nos dan más miedo 300 metros de autovía que el guarda de la obra, nos subimos por el puente con la correspondiente charleta y escolta hasta la salida, un mal menor.
Sin más contratiempos llegamos a Leganés con tiempo de tomar unas cervecitas sin abusar del bonobici.
Creo que a estas alturas ya me han perdonado el columpie, les había propuesto no más de 40 kilómetros y a mi me han salido 56. Sin contar con los extravíos.
A ver si el finde que viene repetimos.
Bikeabrazos.
Ahí os dejo la salida del domingo.
ResponderEliminarCómo mola recrearse en esos paseos domingueros. Hasta la próxima.
ResponderEliminarHola. Mi nombre es Amadeo Ortiz y escribo un blog sobre ciclismo y biomecánica que tal vez encuentres interesante. Pasa cuando puedas y echale un vistazo. Saludos y ánimo con el deporte, http://bioamadeo.blogspot.com/
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