sábado, 16 de octubre de 2010

Salobralejo-Pico Zapatero, Ávila.

Pensaba que después de Cantabria habíamos terminado las salidas fuera de Madrid, y nada más lejos de los últimos acontecimientos, después de la pequeña ruta de aproximación en Cabeza del Buey, no ha pasado una semana y ya estoy cargando la bici, esta vez para Ávila.

Después de árduas negociaciones e interminables listas de correos, nos vamos a juntar siete parejas con nuestras respectivas familias y mascotas. Creo que Ángel, Sergio y yo hemos hecho bien trayéndo las bicis, no nos vendrá nada mal apartarnos una cuantas horas de este tumulto.

Para estas ocasiones, buscando ruta sobre terreno desconocido, volvemos a hacer uso de wikiloc donde aparece una ruta hecha a nuestra medida, y una vez más, de manos de los colegas de alucheros del pedal, están por todas partes.

El recorrido parte de Solosancho, un pueblo muy próximo a Salobralejo, pueblo donde estamos alojados. Eso sí, este enlace nos obligará a echarle a la ruta de 43 kilómetros otros ocho de llaneo pestosillo.

Llegamos a Solosancho y tomamos una pista a la izquierda que sale en mitad del pequeño pueblo, aunque parece discurrir paralela a la carretera, en realidad se va alejando de ella, menos mal que no tomamos un teórico atajo para llegar hasta aquí, nos habríamos perdido antes de empezar.

La parte inicial de la ruta, los primeros 15 kilómetros, discurren por el centro del ancho valle de Amblés, a través de esta pista nos acercaremos a los pequeños pueblos del valle, Sotalbo, Mironcillo y Riofrío. A la derecha no perdemos de vista la cuerda de los montes que posteriormente subiremos. En primer plano, en un peñasco queda siempre a la vista el castillo de Manqueospese.

Pasando Riofrío se nos ofrecen dos alternativas, un puerto asfaltado de considerable desnivel y una pista que cruza un valle estrecho.

Tomamos la segunda, y después de pasarlas canutas en un tramo de barro que se traga la rueda Angel sufre su primer pinchazo de la jornada.

Desde Riofrío el camino ha ganado en pendiente y continuará incrementando el desnivel hasta que lleguemos a lo más alto de la ruta, unos 1.800 metros. La pista que recorremos termina en la carretera de Ávila-Navalmoral, la tomamos dirección Navalmoral durante unos cinco kilómetros.

Cuando casi hemos coronado el puerto y después de otro pinchazo de "el bielas" tomamos una pista con puerta de ganado a la derecha. Nos adentramos en la Sierra de la Paramera.

Desde aquí aún nos quedan 11 kilómetros de subida constante para llegar al punto más alto del Cerro Zapatero, un pico que desde que salimos esta mañana no hemos perdido de vista y ahora tenemos en frente.

Coronamos con la piernas muy cargadas tras un fuerte repecho final y empezamos a disfrutar una bajada que parece que nunca empieza.

Esta ladera tiene un paísaje totalmente distinto, del páramo que nos ha acompañado toda la subida hemos pasado a un terreno granítico con pequeñas manchas de bosque de pinos. Disfrutamos de las vistas del valle de Amblés, incluso vemos Salobralejo entre la bruma en medio el valle.

Desde aquí un rápido descenso nos lleva hasta Villaviciosa, a cuatro kilómetros de Solosancho.


Y tras otros cuatro, ahora pestosísimos, kilómetros por carretera, llegamos a Salobralejo donde nos esperan con una chuletas en la barbacoa y una merecidas cervecitas bien frías.




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Con esta ruta cumplimos una idea detrás de la que llevamos muchos años, hacer una ruta bicicletera cuando salimos de casa rural. Que yo recuerde, la primera vez fué en El Espinar, en Segovia, y de esto debe hacer más de cinco años... que se dice pronto.

Bikeabrazos y que no haga falta esperar tanto para la próxima.

lunes, 11 de octubre de 2010

Senda del Aliso, Cabeza del Buey.

Con ganas de practicar algo más que el deporte tradicional que disfrutamos en mi pueblo, la barra fija, he aprovechado el final de las fiestas, marcado por la vuelta de la Virgen de Belén a su santuario, para traerme la bici.

Voy a poner mi granito de arena para promocionar una alternativa de ocio y turismo que en Cabeza quieren promocionar. En los últimos años se están señalizando y reparando caminos tradicionales, pistas de gran y corto recorrido, dando a conocer su patrimonio cultural, pinturas rupestres, restos romanos, etc.

Aunque el tiempo no ha acompañado, el lunes tuve la ocasión de sacar un rato de entre eventos, festejos y compromisos familiares. Como las tardes van siendo cortas me decidí por seguir la Senda del Aliso. Una ruta corta y sencilla, apta para todos los públicos, excepto por un repecho de unos 300 metros, que se empina bastante.

La señalización del final de la senda está a pocos metros de mi casa pero mi intención es hacerla en sentido contrario por lo que tengo que cruzar el pueblo para tomar dirección al puerto de la Nava.

El puerto de la Nava, engaña por su nombre, una tachuela de escasos tres kilómetros de subida suave y, por suerte, con poco tráfico.

Nada más llegar arriba, una senda sale a mano izquierda y diviso la primera señalización, un hito de madera con el extremo en verde, no tiene pérdida. Antes de continuar merece la pena echar un vistazo al contraste de paisajes de esta zona, al norte la Serena, al sur la sierra del Aliso y del Pedregoso, con el río Zujar regando todo el valle.

Pasado el puerto el recorrido trascurre por una pista ancha y lisa, con una pendiente descendente que tiende a aumentar hasta llegar la valle del Aliso donde los arroyos están desbordados por las lluvias de los últimos días y salpica un barro rojo intenso que luego será muy difícil de quitar. Todavía queda en pie un pequeño chozo de techo de paja.

Ahora el recorrido es llano, apto para recrear la pupila, hago una pequeña parada para asomarme a esta lagunilla mientras un par de patos huyen y las ranas saltan desde la orilla.

Otro momento para el paisaje de dehesa que aquí abunda, y aligerando que me pilla el toro.

Según me aproximo de nuevo a la ladera de la sierra del pedregoso me encuentro con la última, y única, dificultad, un tramo de pista de unos trescientos metros con una pendiente bastante pronunciada, de las que te hacen temblar las canillas.

Una vez superada, vuelvo a disfrutar del paisaje que se muestra al otro lado del valle. Toda la sierra de Zarza Capilla y Peñalsordo, que tendré que dejar para la próxima. Ya voy divisando de nuevo el pueblo, con su iglesia recién restaurada y el omnipresente Cerro de la Cabeza Almagrera al fondo.

Bonita ruta, toda la vida veraneando y ahora empiezo a descubrir pequeños secretos del pueblo. Lo que más me alegra es ver que por aquí se van haciendo cositas para animar a los que venimos a conocer más la zona y a encontrar alternativas de ocio.




Ruta en bici 729860 - powered by Bikemap


Para el que se quiera apuntar, la próxima, Cabeza-Peñalsordo-Capilla.

Bikeabrazos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Vuelo sin motor en Ocaña.

Aunque en los últimos tiempos está casi mal visto hablar bien de las empresas, yo tengo que romper una lanza en favor de la mía.

Gracias a un curso de formación, me ha dado la oportunidad de probar el vuelo sin motor, algo que, seguramente no habría probado en otras circunstancias.

Visitamos SENASA , una empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento, dedicada a todos los temas que puede abarcar la aeronáutica, desde legislación, inspección, formación, entrenamiento y, como no, vuelo deportivo a "vela", como aquí lo llaman.

Recibimos una pequeña sesión de entrenamiento y una instrucciones básicas, nos llevan a la pista, en ella nos esperan los veleros y nuestros instructores.

Después de pasar toda la mañana bromeando y preguntado cuestiones escabrosas, cuando te ponen el paracaídas, se te borra la sonrisa de la cara.

Otra breve explicación de los relojes y mandos que tienes a tu alcance y una última orden -"de momento el único mando que puedes tocar es el volumen de la radio, luego ya veremos".

Despegamos, tirados por una avioneta de recreo nos elevamos rápidamente, bastante antes que esta. La sensación hay que vivirla al menos una vez. Lo que más sorprende es la seguridad que transmite aunque vayas en un cascarón con alas.

Ya puedo sonreír otra vez.

Aunque el día no acompaña demasiado aprovecho la placidez del viaje para tomar unas panorámicas de la zona. Ya podían haber puesto el aeropuerto en al sierra, aquí solo se ven sembrados, de todos modos desde aquí el paisaje tiene su encanto.

Una vez liberados del avión a unos 750 metros, la velocidad se reduce notablemente, los movimientos del aparato se vuelven más suaves y empiezas a disfrutar del vuelo libre. Como el día está muy tranquilo y no vamos a tener corrientes el instructor me pasa los mandos y recibo mi primera clase práctica. El manejo es sencillo, dos pedales para girar el timón y un Joystick que permite compensar el giro y acompañarlo, además de ascender y descender. Fácil y eficaz.

Me comenta el instructor que el día no es muy propicio, no en vano, el motor de estos cacharros es el sol, o al menos su energía. La incidencia de los rayos solares en determinadas zonas genera corrientes térmicas que hacen ascender el velero. Como anécdota nos comenta que se han realizado vuelos de más de 50 horas y que se han recorrido más de 3.000 kilómetros en un cacharro de estos.

Enfilo la pista y tomo dirección a la piscina, cedo los mandos, y preparamos el aterrizaje.



Por cierto, con el movil pude registrar el recorrido en el GPS,



La próxima, de nuevo, pedaleando que este deporte todavía no está en mi agenda, aunque la prueba merece la pena.

Bikeabrazos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

24 de agosto. Vuelta a la sierra del Hornijo, Cantabria.

Después de probar nuestras fuerzas y de reconocer el terreno hace un par de días, nos hemos decidido por realizar la salida que rodea los collados que vemos por las mañanas al levantarnos, la Sierra del Hornijo.

Esta ruta nos llevará, remontando el cauce del río Asón, hasta el nacimiento del río Gándara, en la otra vertiente de la sierra. Desde aquí continuaremos ascendiendo por las pistas que discurren por los puntos más elevados de esta sierra para, a continuación, seguir el río Gándara, hasta Ramales de la Victoria, y desde aquí, de nuevo hasta Riva, remontando nuevamente el río Asón.

Viendo la salida del otro día, estamos más preocupados por las fuertes rampas que nos podemos encontrar que por el desnivel acumulado o los casi 50 kilómetros programados, tal y como cuentan nuestros amigos de Cantabria en Bici. No dejéis de visitar en su web las fotos de la cascada del Asón, entre otro montón de lugares únicos en Cantabria.

Esta vez tomaremos la salida Sergio y yo ya que Cana debe estar en Madrid disrutando el "fresco" verano. Madrugamos y nos vemos recompensados con una de más de las postales del día, El río Asón está cubierto por una suave bruma mañanera.

Desde Riva continuaremos el cauce del Asón hasta su nacimiento, primero dirección a Arredondo desde donde iniciaremos una ascensión en dirección a La Gándara y el puerto de la silla.

Desde Arredondo el ascenso es muy cómodo, transitamos por una carretera sin apenas tráfico que nos permite disfrutar del paisaje, un frondoso bosque de rivera, un río de cauce rápido y unas nubes perezosas que no quieren despegarse de las cumbres próximas.

Poco a poco la pendiente se va pronunciando, de forma suave hasta que divisamos a mano derecha la cascada del río Asón, muy menguada después del verano poco lluvioso. Nos ha dejado con las ganas de verla en mejor momento así que apuntamos una nueva visita en la agenda de "viajes pendientes".

Pasado el nacimiento, el puerto forma unas zetas que permiten un ascenso más sencillo de lo que parece en la distancia, además, con las vistas que mejoran después de cada curva, parece que subes solo.


Coronamos la primera parte de la subida, y vemos tras nuestros pasos un incomparable valle glaciar con su característica forma de "U".

Tiempo de foto y de replantearnos la ruta, podemos volver o continuar, este es el punto de inflexión, sabemos que nos espera lo más duro pero también que ocasiones de estas tenemos pocas. Foto y continuamos hacia el nacimiento del Gándara. Prometo mejorar la pose para la próxima.

Entre pradosb abandonamos la carretera y sus fuertes vientos para descender hasta La Gándara, pequeño pueblo desde donde podemos acercarnos al nacimiento del Gándara.

Antes de avituallar en el merendero del nacimiento sumamos una nueva experiencia para el anecdotario. Reviso la ruta en el GPS y se apaga ante mi sorpresa, tenía pilas recien cargadas aunque lo cierto que llevan mucho trote. Las de repuesto se han quedado en otra mochila y no creo que por aquí encontremos un super. Después de varias indicaciones llegamos a una tienda de ¡Energías alternativas!, con todo lo necesario para montarte tu parque solar o eólico, casi en medio de la nada. Compramos 8 pilas por lo que pueda ocurrir.

Después del GPS, también nosotros nos ponemos las pilas en el nacimiento del Gándara. Este no puede ser más diferente del nacimiento del Asón, aunque formen parte del mismo macizo. El agua del Gándara brota de un pequeño manantial a ras de suelo, de entre unas rocas, aunque aparentemente el agua parecería venir de un torrente de más arriba. Pese a parecer pequeño, a los pocos metros de nacer, el cauce es considerable aunque parte del agua se desvía para algún uso.

Desde La Gándara sale un pequeño desvío dirección Astrana, lo tomamos arrancando la segunda parte de la ascensión.

Hasta Astrana el ascenso es duro pero sin fuertes repechos, llegados al pueblo, la ruta toma una pista encementada, según pasamos la iglesia, que ya nos va avisando de lo que nos queda.

A partir de aquí una pista, encementada en los tramos más duros, nos acercará a los pueblos más escondidos de la sierra: Robles, San Pedro, Las Rozas.

Todo esto aderezado de un paisaje incomparable, y un día que acompaña con una agradable temperatura y un ambiente brumoso y húmedo.

Después de un largo tramo siguiendo la ladera disfrutamos del descenso que parecía no iba a llegar nunca. Un tramo de carretera serpenteante que nos conduce, desde Las Rozas hasta el río Gándara en el fondo del valle de Soba, tras una trepidante bajada.

Cruzamos el río y podemos contemplar una enorme poza bajo el puente donde apreciar el gran cauce que el Gándara alcanza a no muchos kilómetros de su nacimiento.

Desde aquí un largo y pestosillo tramo de carretera, más por el tráfico, algo más intenso, y por el peso de nuestras piernas, que por el paisaje.






Ruta en bici 685017 - powered by Bikemap


No nos cansamos de repetirlo, lo que daríamos por tener lugares tan bonitos más cerca de casa, aunque, visto de otra manera, quizá no sabríamos apreciarlo del mismo modo. Como nos dijo un señor al que preguntamos si merecía la pena visitar el nacimiento del gándara: -"Los que vienen a verlo dicen que es muy bonito...a mí...". Y visto de otro modo, la última que vez que visité el Museo del Prado ni la recuerdo, y lo tengo a media hora de casa...

Nada más, solo que espero que la próxima seamos más de dos.

Bikeabrazos para todos.

martes, 31 de agosto de 2010

21 de agosto. Riba de Ruesga-Hayedo, sierra del Hornijo.

Una buena planificación de las vacaciones, y del maletero, nos ha permitido compaginar la familia, las vacaciones y nuestro deporte favorito.

Teníamos que probar nuestros portabicis y que mejor manera que cargando las burras hasta Cantabria. Ha sido un viaje de lo más cómodo, los portabicis permiten el acceso al maletero, el coche no se ve afectado por los vientos laterales y el consumo no se dispara excesivamente. Creo que hemos hecho una buena compra.

Para tan grande acontecimiento he preparado varias rutas, finalmente, con ánimo de conocer el entorno y no dedicar todo el día, nos decidimos por una ruta corta que nos lleva desde Riba, en el valle de Ruesga, hasta un pequeño hayedo, o hayal, según los de por aquí. Además hemos tenido una incorporación de última hora, Cana se ha apuntado con la condición de que lo tomemos con calma. Esta vez tengo que agradecer las rutas y fotos ya volcadas en wikiloc a los "alucheros del pedal" que parecen conocer la zona en profundidad.

Madrugamos un poco aunque anoche nadie tenía prisa por acostarse, preparamos las bicis entre una espesa niebla que parece que se va levantando.

El entorno promete, desde que hemos llegado hemos estado ojeando las pistas y caminos y por aquí el único llano que conocen es el que va paralelo al río, a partir de aquí las cuestas son sin concesiones.

La niebla, que parecía que iba a levantar, se hace más espesa a medida que nos acercamos al río, en medio de la llovizna que va dejando pedaleamos con cuidado ya que la visibilidad es escasa.

Desde Riba hemos salido en dirección a Ramales de la Victoria, llamado así precisamente por la cantidad de carreteras que parten desde aquí a los diferentes valles del contorno. Antes de llegar a Ramales cruzamos el río Asón por un puente que nos conduce al área recreativa de Sierra Alcomba.

Pasado un pequeño almacén de piensos y algunas casas próximas al río, empieza el ascenso, los primeros 8 kilómetros han sido un plácido calentamiento donde disfrutar el paisaje, ahora debemos ganar más de 300 metros en menos de tres kilómetros, creo que sale una media de más del ¿10%? Menos mal que lo estoy calculando a toro pasado.

Terminamos el ascenso con caritas que parecen poemas pero con la satisfacción de haber llegado y de poder disfrutar de este paisaje del que tanto disfrutaríamos si pudiésemos.

El objetivo de la ruta era alcanzar el hayedo que se muestra ante nosotros, primero con un enorme haya de porte impresionante.

Y después con un bosque de hayas digno de cualquier familia de duendes.

Inmortalizamos el lugar, descansamos en la sombra fresca y bajamos en dos minutos lo que hemos tardado en subir casi una hora. La idea era bajar por otra pista que termina en Ramales guiándonos con el GPS, pero jugamos contra el reloj y no queremos perder el bonobici de la etapa reina.




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Ha sido una etapa perfecta para tomar contacto, conocer las exigentes rampas que surgen por doquier en este entorno, ver nuestras fuerzas y disfrutar del clima y el paisaje. Todo esto sin gastar tantas fuerzas como para no irnos esta tarde a la playa que la niebla ha dejado un día perfecto para disfrutarlo.

Seguiré contando nuestra experiencia cántabra.

Bikeabrazos.

martes, 24 de agosto de 2010

09 de agosto. Hueco de San Blas.

Segunda salida entre diario del mes. Desafiando a la lógica, en lugar de aprovechar las mañanas de los fines de semana, volvemos a quedar por la tarde, después de currar y con los días de calor que nos acompañan este verano. En agosto, se reduce el pelotón y los compromisos familiares se multiplican para los que nos quedamos.
Para mitigar esta circunstancia repetimos en la sierra, un recorrido que tenemos pendiente con Javito y que haremos aprovechando la mejora de su estado físico. Antes de que se vuelva a despeñar, que no tardará mucho viendo las heridas de guerra que hoy lleva en la rodilla.

Hemos quedado con Tomi en casa de Javito, esta va a ser nombrada en breve la "Salida oficial del los bloberbloggeros", por reincidencia.

Me retraso casi una hora debido al reasfaltado de la carretera de Colmenar, ahora que tiene más tráfico se lían a lavarle la cara...también es cierto que lo necesitaba.

El recorrido inicial, hasta llegar a la entrada de la hoya de San Blas ya es repetido en alguna salida. Tomamos dirección Miraflores por un entretenido recorrido que tiende al ascenso pese a una divertida bajada por una trialera, de las que te ponen en tensión.

Alcanzada la zona sur de Miraflores giramos hacia el oeste en dirección a Manzanares, es la zona más aburrida, anchas pistas con cierto tráfico, que discurren paralelas a la falda de la sierra.

Es cierto que algunos repechitos nos hacen darnos cuenta de que llevamos más de una hora en la bici y aún no hemos alcanzado el objetivo.

La llegada a la hoya viene marcada por un notable aumento de la vegetación. Aprovechamos para inmortalizar al reportero gráfico, Tomi parece la moto del tour, sube, baja, retrata...

Aún tenemos que rodear la falda de la Najarra para que aparezca el hueco de San Blas ante nuestra vista. La pista continua con su ascenso cómodo y constante.



Doblamos a la derecha y ya vemos, al fondo La Pedriza y bajo nosotros la Hoya.

Tenemos dos opciones, continuar ascendiendo la falda de la Najarra o empezar a bajar por la parte inferior.

Optamos por la segunda opción, otro día quedaremos en Soto o Miraflores para subir hasta arriba, si puede ser saliendo por la mañana o, al menos, más temprano.

Eso sí, antes de volver Javito y Tomi toman un refrescante trago en el Arroyo Mediano yo me conformo con un lavadito de cara que tengo el estomago delicadito y no quiero reventarme las vacaciones.

Volvemos del modo más rápido posible, ya que son las 21.30 y mañana todavía hay que currar. Tomamos finalmente la carretera entra Miraflores y Guadalix para cerrar la ruta y coger los coches, que hoy no hay tiempo ni de cervecita tranquila.




Ruta en bici 668612 - powered by Bikemap


Que voy a contar de esta ruta, preciosa y asequible pese a los calores veraniegos, la próxima vez que volvamos tenemos que arrancar desde Soto o Manzanares, es una pena perder fuerzas por el camino en lugar de subir por la hoya, como se merece.

Javito, otra vez, gracias por enseñarme estos sitios.