Hoy vamos a realizar una salida de reconocimiento por los montes de la Marañosa. Es curioso que, pese a la proximidad de Madrid, el monte de la Marañosa esté tan poco descrito en las diferentes páginas de rutas para MTB. Seguramente tenga algo que ver que en su interior se encuentre el Complejo Químico Militar del Ejército.
Después de algunas averiguaciones, de recoger tramos sueltos y de arriesgar trazando sobre el mapa, he preparado una ruta para conocer la zona.
Salimos desde el Cerro de los Ángeles. Aunque tengamos que coger el coche, es mejor evitar tramos urbanos que no aportan mucho.
Hemos perdido algún efectivo por los excesos y resfriados pero hemos recuperado a Cana. Es su retorno tras la promesa de no volver a coger la bici con nosotros, habrá que tratarlo bien...
La mañana está fresquita pero parece que el día va a ser caluroso así que dejamos las mangas largas y llenamos las botellas, vamos a necesitar bastante líquido.
Iniciamos el camino a la Marañosa cruzando el pinar del Cerro, paralelos a la carretera de Perales del Río. Cogemos un tramo de la carretera, en la primera curva a la derecha, aparece una pista por la que continuamos. Esta pista cruza la vía del tren y la M-50. Una vez cruzada la autopista continuamos por la pista de servicio, paralelos a la carretera. Dejamos atrás el Cerro de los Ángeles.
Hasta aquí conozco el camino, es el recorrido que hice el día que el barro me impidió seguir, hoy el terreno está totalmente seco y muy duro, el culo de Cana ya se está quejando, aunque estrene culote.
Continuamos entre parcelas en dirección a la carretera de San Martín, donde cogeremos el carril bici, al menos esa es la idea. Primer inconveniente, el camino que he trazado pasa por un vado. Es totalmente intransitable, entre el caudal del arroyo y el barro decidimos buscar una alternativa. En la otra orilla unos chavales con el mismo problema, mal de muchos...
El incidente nos obliga a dirigirnos hacia el norte, paralelos al arroyo. Cuando nos topamos con la M-301, no con la de toda la vida no, es un tramo desconocido para mi GPS, tengo que actualizar los mapas, vaya tela. Circulamos paralelos a la carretera hasta que se termina el camino y hacemos el último tramo campo a través. Finalmente nos toca saltar el quitamiedos para llegar a la carretera y enganchar el carril bici.
Recorremos apenas 400 metros del carril de San Martín y cruzamos la carretera para entrar en el camino viejo de Madrid-Chinchón, ya en la Marañosa.
Nada más arrancar comenzamos una subida tendida, entre pinares, el paisaje ha cambiado, ya estamos en el monte.
No hemos rodado ni 3 kilómetros cuando nos encontramos la valla que rodea todo el complejo militar de la Marañosa. Lo que en los mapas está indicado como un pueblo es una zona militar vallada y vigilada por la que no vamos a poder continuar. Esto altera mucho la salida.
En el Monte de la Torrecilla, un numeroso grupo de ciclistas nos indica que lo mejor que podemos hacer para llegar a San Martín es bajar por el carril bici pero, ya que estamos aquí, vamos a buscar alguna alternativa. Tras un kilómetro por el carril encontramos una entrada al bosque de pinos que queda a la derecha. Tiene una barra para impedir el paso de vehículos y cuelga de este un cartel de prohibido el paso pero, como la temporada de caza ha terminado, nos metemos sin miedo. Cogemos la senda que va pegada al carril hasta que se separa de este.
Seguramente el tramo más divertido del día, fuertes repechos de subida y bajada, entre pinares, saltando raíces y piedras. Hasta que llegamos al tramo final, desde donde tenemos una buena panorámica del parque temático de la Warner.
Bajamos hasta la rotonda del cruce de la M-301 con la pista que lleva a Gorquez de Abajo. Continuamos rodeando la Marañosa, dejando a mano derecha la vega del Jarama.
En nuestro afán explorador nos metemos nuevamente en el camino viejo de Madrid-Chinchón, esta vez por el lado contrario de la Marañosa. La pendiente es muy pronunciada y contamos con el agravante de que, un reguero de agua ha decidido apropiarse del camino.
Entre piedras sueltas y charcos llegamos, donde teníamos que llegar, a una valla que nos impide el paso.
Vemos que, a mano derecha continúa un camino pero no sabemos exactamente a donde se dirije. Preguntamos a un guarda del Complejo Militar y nos recomienda que volvamos por el camino. No resulta muy creíble, se ve que quiere que nos piremos pero, entre la pendiente y los kilómetros que llevamos, decidimos hacerle caso. Otra vez será.
Bajamos por el camino pese a las quejas de las posaderas de alguno. Aún nos queda volver al Cerro de los Ángeles.
Volvemos al carril bici donde Angel y yo practicamos unos relevos mientras rodamos a todo lo que dan nuestras piernas. Que sensación, mantener la distancia con un pequeño pelotón de "flacas" que iba delante. De todos modos, estos tramos me demuestran por que me gusta más el MTB.
Volvemos al Cerro a través de la recién descubierta M-301, enganchamos con la pista por la que esta mañana cruzamos la M-50 y llegamos, por fín, al chiringuito del Cerro donde nos tomamos unas merecidas cervecitas la módico precio de 2€.
Como toma de contacto ha sido una ruta divertida. Tener estos sitios cerca de casa dan mucha vidilla, tenemos que volver.
Cana ha aguantado bien, pese al mal rollo de verse siempre el último. Creo que hemos hecho un buen fichaje, dos salidas más y no le vamos a ver ni la estela, todo se andará.
Después de Semana Santa habrá que retomar las buenas costumbres. Nos vemos, un bikeabrazo.
