Otro verano de vacaciones al norte y, como no, echamos las burras al maletero aunque dentro del coche no quepa un alfiler.
He preparado un buen montón de rutas en Asturias y Cantabria pero, habrá que ser realista conformarse con dos o tres paseos, que las vacaciones son para todos. Y por decirlo de alguna manera, no hemos preparado bien la temporada...
Hemos desembarcado en Colunga, en la región de la sidra, de hecho estamos en una casa rural dentro de un pomar, más auténtico ya no se puede. Un alojamiento muy recomendable y del que hemos salido encantados, no acostumbro pero dejo el enlace, casa rural la cantera
Aprovechamos una mañana perezosa y nublada para madrugar y hacer la primera salida. Después de un día entero lloviendo parece que, aunque el día está cerrado, no lloverá de momento, aunque aquí nunca se sabe.
La intención es hacer un recorrido cicloturista por las playas de los contornos. En primer lugar nos dirigimos a la playa de Colunga pero en lugar de bajar al pueblo aprovecharemos que estamos a unos 100 metros en Lué, aldea que pertenece a Colunga. Una pista conecta este barrio con el cerro del Museo Jurásico de Colunga.
Primeros cien metros de pista y ya estamos de barro hasta las orejas, desde que hemos llegado no ha fallado ni una noche sin su chaparrón, hasta los de por aquí se quejan del veranito que está haciendo.
Llegamos al MUJA y después de una foto de rigor con el T-Rex pisándonos los talones y disfrutar de las vistas, continuamos.
Al menos esa es la intención pero, son las 9 y media y el museo está cerrado, y con él las puertas del aparcamiento y acceso. Al final nos vemos descolgando las bicis por un terraplén para salir del paso. Después del percance un rápido descenso hasta la playa de Colunga.
Foto de las que me molan, con la bici y en la costa, poquito a poco sigo coleccionándolas. Otra instantánea, de la ría a primera hora y como no hace tiempo no parece agosto, ni un alma.
Tomamos la senda que rodea la costa y que nos acerca por pasarelas hasta las famosas huellas de dinosaurios, las originales.
Aunque la intención era subir el monte Villedas por la costa, un senderista mañanero no nos lo recomienda, dice haberlas pasado canutas andando. Así que deshacemos camino y continuamos hacia Huerres remontando el río Libardón por la otra orilla del camping.
Una vez rodeado el monte Villedas nos encontramos con otro paisaje, de la costa no hay vista, tan solo parcelas de siembra y vacas en verdes prados.
Y más barro...
Llegamos a la playa de Isla. Todavía solitaria, nos acercamos a la orilla y ya que estamos de cicloturismo, nos curramos una panorámica.
Ya solo queda volver, como al final no nos hemos alejado demasiado, tomamos un tramo de la N-632 hasta Colunga, avituallamos y nos dejamos un fuerte repecho para el final, para volver a subir a Lué.
Para recompensar el último tramo, muy duro, y viendo la hora que es. Nos damos un homenaje al estilo asturiano. A ver si en estos días mejoramos la técnica.
He preparado un buen montón de rutas en Asturias y Cantabria pero, habrá que ser realista conformarse con dos o tres paseos, que las vacaciones son para todos. Y por decirlo de alguna manera, no hemos preparado bien la temporada...
Hemos desembarcado en Colunga, en la región de la sidra, de hecho estamos en una casa rural dentro de un pomar, más auténtico ya no se puede. Un alojamiento muy recomendable y del que hemos salido encantados, no acostumbro pero dejo el enlace, casa rural la cantera
Aprovechamos una mañana perezosa y nublada para madrugar y hacer la primera salida. Después de un día entero lloviendo parece que, aunque el día está cerrado, no lloverá de momento, aunque aquí nunca se sabe.
La intención es hacer un recorrido cicloturista por las playas de los contornos. En primer lugar nos dirigimos a la playa de Colunga pero en lugar de bajar al pueblo aprovecharemos que estamos a unos 100 metros en Lué, aldea que pertenece a Colunga. Una pista conecta este barrio con el cerro del Museo Jurásico de Colunga.
Primeros cien metros de pista y ya estamos de barro hasta las orejas, desde que hemos llegado no ha fallado ni una noche sin su chaparrón, hasta los de por aquí se quejan del veranito que está haciendo.
Llegamos al MUJA y después de una foto de rigor con el T-Rex pisándonos los talones y disfrutar de las vistas, continuamos.
Al menos esa es la intención pero, son las 9 y media y el museo está cerrado, y con él las puertas del aparcamiento y acceso. Al final nos vemos descolgando las bicis por un terraplén para salir del paso. Después del percance un rápido descenso hasta la playa de Colunga.
Foto de las que me molan, con la bici y en la costa, poquito a poco sigo coleccionándolas. Otra instantánea, de la ría a primera hora y como no hace tiempo no parece agosto, ni un alma.
Tomamos la senda que rodea la costa y que nos acerca por pasarelas hasta las famosas huellas de dinosaurios, las originales.
Aunque la intención era subir el monte Villedas por la costa, un senderista mañanero no nos lo recomienda, dice haberlas pasado canutas andando. Así que deshacemos camino y continuamos hacia Huerres remontando el río Libardón por la otra orilla del camping.
Una vez rodeado el monte Villedas nos encontramos con otro paisaje, de la costa no hay vista, tan solo parcelas de siembra y vacas en verdes prados.
Y más barro...
Llegamos a la playa de Isla. Todavía solitaria, nos acercamos a la orilla y ya que estamos de cicloturismo, nos curramos una panorámica.
Ya solo queda volver, como al final no nos hemos alejado demasiado, tomamos un tramo de la N-632 hasta Colunga, avituallamos y nos dejamos un fuerte repecho para el final, para volver a subir a Lué.
Para recompensar el último tramo, muy duro, y viendo la hora que es. Nos damos un homenaje al estilo asturiano. A ver si en estos días mejoramos la técnica.
Tres salidas por tierras del norte en agosto y no he publicado nada. Se me va el tiempo entre las manos.
ResponderEliminarLa otra de Asturias se la dejo a Cana a ver que tal anda de pluma ;)
Bikeabrazos