Por Sergio.
Los trasportines para bicicletas dobles son realmente caros en comparación con los de las bicicletas rígidas. Os propongo que le echéis un poco de imaginación antes de comprar uno de estos porque, seguro, podéis acoplar uno de bicicleta rígida a vuestra bicicleta doble de una u otra forma. El coste será mucho menor.
Ese es mi caso. Desde que planteamos realizar la ruta a
Guadalupe de tres días, he estado dando vueltas a esta cuestión. Tengo en casa
un transportín de aluminio de hace más de 10 años para mi antigua bicicleta
rígida Amerbike. Es un buen transportín y era una pena no darle más uso. Finalmente
con un poco de imaginación y bricolaje he conseguido adaptarlo a la doble KTM
Lycan 4.0. Por supuesto manteniendo la función de la amortiguación trasera.
Partimos del transportín con sus varillas rígidas de anclaje
al cuadro.
Por suerte mi bicicleta tiene las roscas inferiores en el
eje trasero para poder meter los tornillos de métrica 5 que permiten fijar en
esta parte el transportín. En la parte superior del cuadro no hay ninguna forma
de anclar el transportín.
Inicialmente pensé en un sistema casero de muelle que lo
anclara a la tija del sillín y permitiera el desplazamiento por la amortiguación,
pero finalmente opte por ubicar el segundo punto de anclaje a algún elemento
del cuadro.
Entre este punto y el anterior no debe haber posibilidad de
movimiento, es decir se mantuviera la rigidez.
A continuación compre en la ferretería tornillos de métrica cinco
y seis, así como una abrazadera de fontanero, y rescaté del trastero unos
hierros para hacer las placas que me hacían falta.
Fijado el transportín a las roscas del eje trasero de la
bicicleta tome medidas para trabajar las pletinas. Sierra de hierro unos taladros
y listo. Además para evitar contacto de las varillas del transportín en el
anclaje inferior con los elementos de la bicicleta forcé y arquee un poco las
varillas rígidas del transportín y utilice unas tuercas que hicieran la función
de distanciador con respecto al cuadro (unos 8 mm en cada lado). Para evitar
roces con el cuadro y se pierda la pintura he puesto en el punto de contacto
unas gomas.
La parte más compleja era como montar un sistema que
permitiera fijar el transportín en la parte superior, y a su vez poder
atornillar y desatornillarlo ya que entre el sillín la tija y las
articulaciones de la bicicleta apenas hay espacio. Para ello diseñe un sistema
con una pletina hecha por mí, una abrazadera y una tira de goma para proteger
los tubos del cuadro.
En la foto podéis verla montado sobre el cuadro.
Después, tuve que preparar otras pletinas para que las
varillas rígidas que ya tenía del transportín se pudieran acoplar a la nueva disposición.
Con dos chapas de un armario del ikea que en su momento no use, realice dos
elementos sencillos que tuve que doblar con los grados determinados para poder
acoplara las varillas y fijándolas con unos tornillos de métrica cinco y unos
agujeros en el transportín listo.
Podéis ver cómo queda la fijación superior completa.
Listo para rodar, ahora habrá que hacer una prueba…
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